Buenas prácticas
Buenas prácticas en la creación, distribución y consumo de contenido audiovisual
El papel del audiovisual en la vida cotidiana de millones de personas lo convierte en una herramienta poderosa que, si no se maneja con responsabilidad, puede perpetuar dinámicas dañinas. Por ello, la Academia trabaja para promover políticas éticas y de buenas prácticas en la producción y distribución de contenidos. Esto incluye capacitar a los creadores en el análisis crítico de las implicaciones sociales de sus narrativas y fomentar una cultura de consumo responsable entre los espectadores.
Además, se hace hincapié en la democratización del acceso a los recursos audiovisuales, buscando que estos no sean un lujo limitado a ciertos sectores, sino una herramienta al alcance de todos. La colaboración con instituciones educativas y culturales refuerza este objetivo, acercando el audiovisual a comunidades con menor acceso a recursos tecnológicos.
La Academia fomenta el respeto por los estándares éticos y la calidad en todas las fases del ciclo de vida del contenido audiovisual.


Creación responsable y ética del contenido
- Enseñar a los futuros creadores a evitar los estereotipos, sesgos y mensajes perjudiciales.
- Promover la diversidad y la inclusión como pilares fundamentales de las producciones audiovisuales educativas.

Distribución segura y profesional
- Establecer recomendaciones sobre cómo compartir contenido en redes sociales y plataformas digitales sin comprometer la privacidad ni la propiedad intelectual.
- Crear campañas para sensibilizar sobre la importancia de respetar los derechos de autor.

Consumo crítico y consciente:
- Diseñar programas educativos que enseñen a los jóvenes a identificar noticias falsas, manipulaciones audiovisuales y contenido engañoso.
- Fomentar la alfabetización audiovisual para que los estudiantes comprendan el impacto del contenido que consumen en su educación, valores y comportamiento.
Combatir los riesgos de las prácticas inadecuadas en el entorno audiovisual
En la actualidad, el mal uso de las herramientas audiovisuales ha generado efectos negativos en la educación, la cultura, la política y la sociedad. Desde la Academia, trabajamos para contrarrestar estos problemas.

Identificar y analizar las consecuencias de las prácticas inapropiadas
- Manipulación audiovisual que distorsiona la realidad y genera desinformación.
- Difusión de bulos y noticias falsas que perjudican la educación y fomentan el odio y la polarización.
- Creación de montajes falsificados que afectan la confianza en las instituciones y personas públicas.
Promover el uso ético y responsable del contenido audiovisual
- Desarrollar un decálogo de buenas prácticas para los miembros de la Academia y el público en general.
- Ofrecer cursos y certificaciones sobre cómo evitar la propagación de contenido audiovisual engañoso.
Sensibilizar sobre el impacto social de los audiovisuales malintencionados
- Organizar foros y debates sobre la influencia del contenido audiovisual en la percepción pública de la realidad.
- Colaborar con instituciones educativas y medios de comunicación para crear campañas de concienciación sobre el consumo responsable de contenido audiovisual.
La Academia como garante de la calidad y la responsabilidad audiovisual
Con estas iniciativas, La Academia Escolar y Universitaria de las Artes y Ciencias Audiovisuales de España no solo lidera la innovación tecnológica y educativa, sino que también se posiciona como un baluarte contra las prácticas que comprometen la verdad y los valores culturales.
Al formar parte de la Academia, los miembros se comprometen a:

- Ser agentes de cambio en la industria audiovisual, promoviendo la ética y la responsabilidad social.
- Contribuir a una educación audiovisual que empodere a las futuras generaciones para crear, distribuir y consumir contenido con espíritu crítico y constructivo.